Llegadas estas fechas de principios de año, todo el mundo hace su propia lista de propósitos para el Año Nuevo.
Entre los más habituales, el apuntarse a un gimnasio (aunque no vayan luego), el dejar de fumar, el de aprender inglés, y como no, el de ponerse a dieta y bajar de peso.
Aunque parece un tópico, ya que es lo mismo año tras año, en realidad sí es un buen momento para ponerse a ello, por varios motivos.
Primero porque hacemos borrón y cuenta nueva como si reseteáramos nuestra actividad del año anterior, porque tenemos varios meses por delante para cumplir tranquilamente los objetivos sin agobios, y porque después de los atracones de las navidades, estamos motivados para ponernos manos a la obra.
Como siempre los habrá que vayan a un nutricionista más o menos tradicional que probablemente nos saque la típica fotocopia en blanco y negro con las calorías que tenemos que tomar diariamente, y además pesando los alimentos.
Otros buscarán por internet alguna de las dietas que hacen las famosas, y las seguirán a pie juntillas, sin ningún tipo de control sobre lo que están haciendo y solo fiándose de las personas qué dicen que les ha venido bien esa u otra dieta.
También suelen preguntar a personas cercanas a ellas que han hecho algún tipo de dieta para ver qué tal les ha ido y a ver si ellas finalmente hacen lo mismo que sus amigas.
Yo en este post de hoy, os hablaré un poco de lo más coherente que podéis hacer.
Antes de nada deciros una frase que me gusta mucho y evidentemente, sobre todo en estas fechas.
No os preocupéis tanto solo lo que habéis comido desde Nochebuena hasta Reyes, sino de lo que vais a comer desde Reyes hasta las próximas navidades.
Dicho esto, lo que marcará sobre todo la diferencia, para que se cumplan los objetivos de haber bajado de peso de cara al próximo verano, es la elección que hagáis de los alimentos que vais a comer desde ahora hasta entonces.
Hay dos cosas que tenéis que tener en cuenta.
La primera es la cantidad de comida que os ponéis en los platos.
Tenéis que mirar detenidamente ese plato para que honestamente respondáis si es una ración coherente, o incluso ya a vuestro propio juicio, os parece demasiado abundante.
Intentad comer siempre la porción o ración más pequeña con la que os quedéis satisfechos, y además visualmente razonable en la cantidad.
Si hacéis esto, ya estáis consiguiendo con un mínimo esfuerzo, controlar las cantidades que ingerís diariamente.
Y la otra cosa que podéis, y debéis hacer por encima de todas las cosas, es cambiar muchos de los hábitos del tipo de alimento, y de la manera de cocinarlo que habéis tenido hasta ahora.
Tener en cuenta que si os sobra peso, sí o sí es por los dos motivos mencionados anteriormente.
El primero es porque estáis comiendo más cantidad de alimentos de los que necesitáis, y sobre todo la razón más importante es la segunda que os comentaba, de elegir los alimentos.
La primera parte, espero que ya la habréis asimilado, y os pongáis raciones algo más pequeñas de lo que hasta ahora era un hábito en vosotros.
Y la segunda, que ahí viene dónde tenéis que hacer hincapié, es aprender qué alimentos estáis tomando actualmente, que además de no ser saludables, os hacen engordar. Y cuáles, tal vez por desconocimiento, no estáis incluyendo en vuestra ingesta, y que además de ser saludables e indispensables en vuestra dieta, tal vez no los estéis comiendo por desconocimiento o falsos mitos sobre la capacidad que tienen de engordar.
Muy resumidamente, os diré que si elimináis los fritos de vuestra dieta, las comidas preparadas de los hipermercados que se venden cómo calentar y listo, los aperitivos salados tipo patatas fritas, ganchitos, conitos, etc y además elimináis radicalmente los productos que contengan azúcar, como los cereales industriales de la mañana, y cualquier tipo de bollería o postres lácteos, las posibilidades que tenéis de bajar de peso, son muchas.
Si finalmente decides Adelgazar Comiendo de manera saludable, te invitamos a que sigas leyendo nuestros artículos sobre nutrición.