¿Qué significa “pan normal”?
Lo primero que haré, antes de entrar en materia, es comentar el título de este post.
En la mayoría de los sitios (antes hablábamos de sitios, como lugares indeterminados. Hoy cobra más sentido, como sitios web / blogs), suelen hablar de pan normal, y pan integral.
Me molesta bastante. Llámame raro.
Si nos ponemos exquisitos, el pan normal, por defecto es el integral.
Cuando refinamos las harinas, entonces, hacemos pan blanco, que sería el “raro”, el diferente.
¿Por qué han cambiado las tornas, entonces? Porque después de años, de vender mucho más pan blanco, que integral, ha pasado a ser más habitual el blanco, y se dice de él que es el normal. Y entonces, por diferenciar, el otro, el integral, ha pasado a ser el raro.
¿Por qué ha habido este cambio en la tendencia de consumo, si el integral, es más sano que el blanco? Pues por lo mismo que se vende más coca cola que agua (casi). Por la industria, el marketing, las ventas, y el beneficio económico.
Te explico. El grano de trigo, tiene tres partes:
El salvado, que es la cáscara, donde se encuentra la fibra.
El germen, que es rica en aceites grasos insaturados.
Y el endospermo, que es básicamente almidón (azúcar).
La industria, te vende, y anima a fomentar el consumo de pan blanco, y te lo ofrece algo más barato que el pan integral.
Esto es curioso, porque siempre, una materia prima (pan integral), suele ser más barata que un producto elaborado (pan blanco) así como el al árbol es más barato que un mueble…
Lo que hace la industria, es que coge la materia prima, y separa el salvado, que lo vende aparte, como cereal independiente, para vender salvado puro, o cereales ricos en fibra. (Primera fuente de ingresos)
Después coge el germen de trigo, y lo vende como aceite de calidad, rico en proteínas, hidratos, y vitaminas. (Segunda fuente de ingresos)
Por último, coge lo que queda, y con ello, finalmente, hace pan blanco. (Tercera fuente de ingresos)
Recuerda, que con lo que hace el pan blanco, es sólo almidón (azúcar)
Qué conclusiones sacamos de todo esto.
Pues lo primero, que la industria gana tres veces, con el mismo producto.
Lo segundo, y más relevante para nosotros, es que lo que consumimos, es de muy baja calidad, ya que las dos partes que nos proporcionan más nutrientes, se las quitan, y nos quedamos con la peor.
Por eso, siempre insisto, en que el pan que debemos consumir, es el integral, ya que tiene todo el salvado, fuente de fibra, y nutrientes, así como el germen.
La idea de mucha gente, de que el pan integral, es para ir bien al baño, me desespera. Eso, es sólo algo colateral, que por cierto, bien venido sea.
Es como decir que beber agua, es bueno porque refresca, sin más. Y que si no refrescara, no lo consumiría.
¿Cómo identificar el auténtico pan integral?
Bien, dejando claro, que el único tipo de pan que deberíamos consumir es el pan integral, y que en realidad, lo deberíamos pedir simplemente como “pan”, ya que el otro, en todo caso, es el que llevaría la coletilla de “blanco”, otro asunto a tratar, es ¿Cuál es el pan integral?
Digo esto, porque en infinidad de panaderías, y demás tiendas, en cuanto le ponen un 10% de harina integral, ya se comercializa como “pan integral”, y ya sabéis, nada más lejos de la realidad.
Es como si en un brick de leche, por llevar un 10% de leche, y lo demás fuera otra cosa, ya se vendiera como leche. O un jamón de bellota, se llamara así porque el cerdo, una vez al año come bellota. Así, tantos ejemplos como queráis imaginaros.
El pan integral, debe tener tan “sólo” el 100% de harina integral… A buen entendedor…
Ahora, que ya tienes claro que es lo que comes, y lo que no, cuando consumes un tipo de pan (almidón y azúcar), u otro tipo de pan (fibra, proteínas, minerales, grasas buenas…), te hablaré en que te afecta, al elegir uno u otro en ti.
El pan blanco, como te decía, se compone básicamente de almidón, y es un hidrato de carbono, que se descompone rápidamente en azúcares simples, y pasa rápidamente a la sangre, dato que está relacionado con la diabetes, y problemas cardiovasculares, además de que consumiendo estos almidones, en poco tiempo volverás a tener hambre.
Hasta aquí, llega el tema de hoy, y espero, por tu bien, que elijas mejor a partir de ahora. Porque aunque el integral tiene sólo algo menos de calorías que el blanco, por todo lo anterior te diré que además engorda menos, y tiene muchos más nutrientes.
Elige la alternativa integral en tus platos.
Como apunte final, y en la misma línea, todo lo hablado hasta aquí, es igual de válido para el arroz blanco o integral, o para la pasta, y la pasta integral.
Una anécdota.
En pleno inicio del Coronavirus, fui al supermercado, como todos, y cuando llegué, estaba escaso de existencias. Sobre todo de papel higiénico, ya sabéis.
Bien, pues de arroces y pastas, al ser menos perecederos, estaban también casi agotados, excepto los integrales.
Así que me llevé varios paquetes, de arroz, y de pasta integral. A mí siempre me han gustado. De hecho, siempre que voy a un italiano, los pido.
Pero el resto de habitantes de la casa, no suelen consumirlos. (Los integrales)
Uno de los días, simplemente se cocinaron, y se sirvieron. Y alguna comentó, que no sabía si era por el hambre que tenía, pero que estaban particularmente buenos.
La única diferencia, fue que eran integrales. Esa es la anécdota. Al ser integrales, o sea íntegros, están en su formato original, con todo, y por eso están más sabrosos, más buenos.
El rechazo inicial que la gente tiene a la pasta y al arroz integral, es puro desconocimiento. Siempre tememos y desconfiamos de lo que no conocemos.
Dicho esto, os animo, que para eso estamos aquí, a cambiar de hábito, y consumir productos integrales
Para terminar, la conclusión que podemos sacar de todo esto, es que con los productos integrales, ingerimos el alimento completo, con todas sus propiedades y nutrientes, y al ser procesados lentamente por el organismo, se asimilan mejor, y en todo ese lento proceso vamos gastando la energía que proporcionan, con lo que al final, el sobrante de energía (grasa), es mínimo.
Como siempre, tú decides.